martes, 15 de noviembre de 2011

Sobre Nobles y Plebeyos

Cuál es la base de una sociedad más integrada?? Es una cuestión bastante compleja que puede dar lugar a múltiples posiciones y un gran abanico de respuestas alternativas. Hoy por hoy da la sensación de que todo pasa por lo económico. Por supuesto sería necio negar que un restringido acceso a los medios materiales indispensables para la subsistencia actúa como una barrera demarcadora al respecto.

Sin embargo, mi propósito con estas líneas es detenerme un poco más en los factores educativos y culturales que, desde mi humilde óptica, coadyuvan en un marcado grado con la generación de divisiones sociales en estratos o capas, otorgándole a cada una un nivel diferente en el “orden social” legislado por vaya a saber quién (supongo que por todos nosotros que damos lugar, formamos y consentimos esa estructura… siendo jueces y partes de ella).

En principio, para poder esbozar el comienzo de este análisis, es indispensable reconocer que como seres humanos todos tenemos ciertas necesidades intangibles y más espirituales como el desarrollar nuestras capacidades cognitivas, recibir educación para poder sentirnos miembros útiles en la sociedad, poder expresar nuestras opiniones y sentimientos por diversos mecanismos (o mínimamente tener la oportunidad de querer hacerlo si quisiéramos), comunicarnos con otros para intercambiar ideas, poder desarrollar habilidades y destrezas (artes, oficios, hobbies), tener acceso a literatura, música, actividades culturales (cine, teatro, museos), disfrutar del descanso en un paisaje natural… Pequeños - grandes gustos y necesidades intrínsecas de cada persona. Placeres que hacen al disfrute de la vida… pero también derechos inalienables y propios de cada ser… que mal que nos pese, no están al alcance de todos.

Partiendo de esta base entonces, resulta increíble pensar que, en el marco de una supuesta democracia, no todos tengamos el mismo acceso a oportunidades de opinión, crítica, participación en actividades culturales, formación académica, etc. Y en realidad un sistema democrático sin igualdad social e integración es una utopía… De todas formas, mi propósito con estas líneas no es criticar ningún sistema político sino más bien analizar brevemente una especie de desgracia o “maldición” que se cierne sobre ciertos sectores de la sociedad. Intentando realizar un acercamiento superficial al tema y enunciándolo en una frase, parece ser que TODO ES CUESTIÓN DE CUNA. Es decir, si nacemos en un hogar bajo determinada situación social, económica y cultural, eso marcará en un gran porcentaje nuestra suerte y destino. Este razonamiento suena carente de lógica y por cierto, bastante degradante. Y desgraciadamente lo es… Pero si hacemos un cuadro comparativo mental con casos concretos de gente que conocemos, podríamos formular una ley similar a la antes mencionada. Es realmente lamentable comprobar que el sólo hecho de pertenecer a una familia ubicada en cierto estrato social (o directamente dejada al margen del esquema) ya nos “condena” al éxito (como diría cierto personaje del cual no voy a hacer ningún comentario) o a la desventura, a nivel económico, profesional, educativo y cultural.

Hay varios factores a tener en cuenta al profundizar más en esta cuestión y los invito a pararse en el lugar de quienes más lo padecen para poder entenderlo mejor.

Por un lado y siendo realistas, cuando la satisfacción de las necesidades básicas (materialmente hablando) se convierte en un asunto urgente a resolver (o intentar resolver, mejor dicho) de manera permanente, es lógico que esto desplace a un ulterior, y bastante lejano, lugar el resto de las necesidades (educativas, culturales, artísticas)… Una vez más, lo urgente tapa lo importante. Si encaramos una carrera interminable cada día (de lunes a lunes y de sol a sol (o de sol a luna en realidad), sin descansar ni siquiera los fines de semana) para llevar el pan a nuestra casa, lo más probable es que no queden tiempo ni energías para otra cosa. Es decir, la prioridad es una sola, y la única necesidad que se contempla: COMER. Lo demás no existe. De hecho, como dice el dicho “con hambre no se puede pensar”… Si no hay comida, no hay escuela, no hay museo, no hay paseo al aire libre… Por otro lado, podríamos mencionar en este punto también que una mala y deficiente alimentación influye en la formación de las capacidades y estructuras mentales de razonamiento, sobre todo a una temprana edad. Es entonces cuando los infantes ya están penados a la marginación educativa. Ellos crecen sintiéndose menos, viéndose con capacidades reducidas al compararse con chicos mejor alimentados, y esto les genera baja autoestima y la sensación de que nunca van a poder salir de ese círculo vicioso porque las oportunidades de desarrollar su potencial están fuera de su alcance. No es una problemática que se observe solamente desde afuera… ellos mismos son concientes de este hecho, lo cual incrementa la auto-marginación y diferenciación… En resumen… las necesidades materiales eclipsan a todas las demás, no hay tiempo ni energías para destinar a la satisfacción del resto de las necesidades. Adolescentes salen a trabajar porque el dinero no alcanza en su casa para llegar a fin de mes, niños son explotados para juntar algo extra… Obviamente no se puede ir al colegio y menos a la universidad, aunque ésta sea gratuita en nuestro país. Pero no sólo porque implica un tiempo del que no se dispone; también porque no se cuentan con medios materiales que se precisan (útiles, calzado, a veces medio de transporte para llegar). Y finalmente, una mala alimentación y condiciones de vida (vivienda, servicios, etc) actúan como factores condicionantes en el desarrollo mental, y desmotivantes a nivel personal… no hay ansias de progreso… no parece plausible salir de ese círculo vicioso… escasez de recursos, escasez de capacidades, escasez de motivación y escasez de oportunidades. Una sumatoria de factores que constituyen una ecuación terrorífica.

Por otro lado, en este esquema familiar, papá y mamá salen a trabajar… los chicos, que suelen ser varios hermanitos, por factores que no es mi intención tratar en este momento, se crían solos y en la calle. El índice de asistencia escolar en este contexto es realmente bajo… algunos quizás no tienen a ningún adulto que los acompañe a la escuela, que controle sus asistencia y que los ayude e incentive para el cumplimiento de sus tareas escolares. Para estos chicos, los momentos que transcurren en la vía pública oscilan entre alguna forma de recaudación de ingresos y el ocio. La droga es moneda corriente como pasa - tiempo y como medio de expresión. Es una de las pocas formas que disponen de “conocer algo nuevo” y satisfacer su curiosidad y ansias de descubrimiento. Por supuesto en general, no tienen mentores ni sienten el interés de alguna persona por su bienestar que les sugiera reemplazar esas formas de expresión destructivas por vehículos más constructivos y productivos como la literatura, las artes, la poesía. Nadie les aporta ideas para utilizar otros móviles que les permitan encontrarse a sí mismos y sentirse identificados. Obviamente hay excepciones a la regla, siempre están aquellos más voluntariosos o con más ganas de salir adelante que se esfuerzan por utilizar toda su creatividad y lucidez para expresarse y encarar tareas productivas, y que inclusive integran a otras personas que están bajo condiciones similares a las de ellos. Algunos ejemplos son Camilo y Julio, chicos que, como ellos mismos contaron, eran adictos y empezaron a ver que podían utilizar otros medios de expresión como la poesía, el arte y la acción social, tanto para ayudarse a ellos mismos como a quienes los rodean. Encararon la edición de una revista y un diario respectivamente donde se publican noticias barriales y artículos de interés común; empezaron a organizar talleres y demás actividades en los barrios y a mostrar con su ejemplo que se puede, con mucha voluntad y esfuerzo, salir de la “condenación” y empezar a construir y desarrollarse como personas, sintiéndose miembros activos y productivos de la sociedad. Su trabajo es realmente muy encomiable y emocionante; dignos de destacar e imitar. Todo hecho a pulmón y con iniciativa propia; porque en general disponen de poca ayuda externa.

Finalmente, en ocasiones no hay acceso monetario a ciertas actividades. ¿Y las gratuitas? Muchas veces no cuentan con la información necesaria sobre las mismas, no disponen de tiempo, como se mencionó antes, o sienten que no es para ellos. Tengamos en cuenta que además de sufrir estas privaciones, también son sometidos a discriminación y marginación ya sea por su aspecto, procedencia, etc., lo cual también actúa como factor disuasivo a la hora de participar de actividades culturales o asistir a eventos. En fin, no se mezclan con la sociedad porque la sociedad previamente no los integró; no contempló sus necesidades. No supo darles un espacio, medios para la identificación y el desarrollo personal. De hecho, muchas actividades suelen pensarse para cierto tipo de personas, o se les da algún halo de exclusividad para un grupo selecto…

Como mencioné anteriormente, no todos bajan los brazos ante este panorama poco alentador. Algunos buscan la auto superación y se esfuerzan con perseverancia por salir de esa cerca de separación creada por la sociedad. Estas iniciativas son muy loables y resultan sumamente útiles para por lo menos palear de algún modo necesidades que en ciertos estratos sociales se encuentran totalmente relegadas… Obviamente sirven para tapar el bache pero no solucionan todo el problema de trasfondo.  

Aparte de esto, en general existe la tendencia de que las actividades educativas y culturales se desarrollan dentro del ámbito social correspondiente; es decir las del “populacho” por un lado, se realizan en su interior mismo, no de puertas hacia fuera, e igualmente ocurre con las de sectores más favorecidos… no hay integración mutua. Se identifican ciertas corrientes de música y arte, canales y programas de TV, barrios y zonas, puntos de encuentro, etc. con determinados estratos… no hay mezcla; de hecho muchas veces está mal vista, tanto de un lado como del otro de la división.  

Los avances tecnológicos en materia de formas de comunicación, cuando se les da un buen uso, pueden ser de ayuda a la hora de solucionar parte de esta problemática. Por supuesto que también el acceso a estos medios están condicionados en muchas ocasiones por el acceso a los servicios y bienes correspondientes (Internet, pc, televisión por cable). Pero convengamos que el grado de divulgación que hoy por hoy adquieren las cosas es mucho mayor; con lo cual se esperaría que mejore la disponibilidad de información… esto a veces se cumple y otras veces, paradójicamente, no. En la mano opuesta, los medios de comunicación, generalmente los más masivos, suelen mantener a la gente distraída con “entretenimiento chatarra” y pasatiempos que poco aportan al desarrollo educativo y cultural. Este tema también da para hablar largo y tendido pero más que nada lo menciono porque lamentablemente, es lo que más extendido y al alcance de todos se encuentra. En muchos casos, son la única opción.

Por otro lado, a nadie le interesa cambiar esta estructura. No conviene! Limitar el acceso a la educación y la cultura es la base de la dominación y lo que permite la reproducción del modelo social en el que vivimos. De todas formas, no es algo muy novedoso… ésta es una herramienta que se ha utilizado a lo largo de los siglos y bajo diferentes formas de organización social; históricamente varían los nombres pero la idea es la misma… Por lo menos en el Occidente se remonta al Imperio Romano, sino antes: Castas, Estratos, Clases… básicamente se repite el modelo. La educación y la cultura se utilizan como mecanismos para ejercer poder sobre otros. La dosificación depende de quien esté en la cima pero también de todos los que conforman esa estructura.

¿Qué puede hacer cada uno desde su lugar? Ser más integradores, tanto a nivel trato humano como comunicacional: entablando conversaciones con todo tipo de personas, conociendo mejor sus necesidades (que no distan en nada de las propias), intercambiando ideas y sugerencias, transmitiendo y compartiendo información,  divulgando datos de utilidad sobre actividades abiertas al público, siendo adaptables para concurrir a diversos tipos de eventos y actividades sociales y culturales organizados en diferentes barrios por diferentes grupos e iniciativas. Para esto va a ser indispensable que primero realicemos un proceso interno de limpieza de prejuicios y liberación de ideas. Así podremos abrir nuestra mente a todo tipo de personas y tenerlas en cuenta en nuestras actividades y programas… En fin, romper con las ataduras es un requisito fundamental para lograr la integración y la inclusión social.

viernes, 12 de agosto de 2011

Al Hombre

Buscas enterrarme en tu sigilosa trampa
Sacudiéndote orgulloso el polvo de tu anchurosa espalda.
Mas quisiera que te esfumaras de la mortal alba
Sin la oportunidad de sentir nada.

Ya desearías callarme con tus venenosas palabras,
Flama que aviva peligrosas ansias,
Y que me escape de tus garras no te da gracia;
Ya no tienes a quien encadenar a tu penosa estancia.

Vives una realidad de la razón tan lejana!
Pero te glorías de tu perspicacia, 
Como si victoriosamente la conquistaras.
Como si la pretenciosa y altiva sabiduría apenas rozaras.

Y aunque alto remontaras con tus efímeras alas,
Estrepitosa será tu caída e inesperada.
La belleza ajena te será vana
Y la honra del ser, negada.

Pobre desdichado! Caes en tu propia emboscada!
Cincelaste una vida que nadie reclama
Te aprisionaste a una pintura sombríamente dibujada
Y tan escasamente preciada.

Ya quisieras a mí también subyugarme a tu miseria adornada
Pero no me vestiré de fiesta para sentirme avergonzada.
Que me juré esta vez el buen juicio no me quitaras
Ni mi alma me robaras...





jueves, 28 de julio de 2011

Muda...

Una vez más, ante el intempestivo curso de la vida. Nos sumergimos entre sombras que aparecen sólo para súbitamente desdibujarse y dejarnos sin contornos.

Nos subimos a esa montaña rusa que nos lleva a la cima del deleite… llenos de sueños, ansias, ilusiones… para después caer estrepitosamente a un vacío perpetuo que se apodera de nosotros, que nos sacude y revuelve nuestro interior.

Finalmente, vomitamos aturdidos angustia y frustración, aunque sea por unos instantes, mientras interrogantes sin contestar se pasean plácida y alborotadamente por nuestras mentes desordenadas.

Sé que la vida te traerá de vuelta a mí de diferentes maneras; tengo tu fotografía en mi retina: vivaz, alocada, alegre y cariñosa. Seguirás siendo mi fiel compañía en cada instante, regalándome toda tu ternura y complicidad.

Lo peor?? Hubiera sido nunca tenerte…

Hoy me queda ese sabor agri-dulce, y aunque en tu luminosa ausencia no pueda pronunciar palabras y ellas se escondan en el agujero sin fin de las explicaciones, sigo mi camino sonriendo por las dos.

lunes, 18 de julio de 2011

Día del Amigo o Día del Careta?


Antes que nada quiero aclarar que no es mi intención ofender a nadie, sino solamente dar mi opinión sobre algunas actitudes generales… cada uno puede hacer lo que le plazca; no juzgo acciones ni personas. De hecho, muchos probablemente no van a compartir mi postura ni se van a identificar con ella. Como siempre, es sólo un enfoque. Rebelde? Extremista? Puede ser…

Como todos saben, el próximo 20 de Julio es una fecha observada por mucha gente en nuestro país, conocida públicamente como “El Día del Amigo”. Digo en nuestro país, porque en otros la fecha elegida es una diferente. En el caso de Argentina, se eligió ese día por ser aquel en el cual el hombre pisó la luna en el año 1969; a lo cual no le veo una profunda y directa relación con el concepto de “Amistad”.

Lejos de ser una persona adusta, estoy a favor de que la gente se reúna, se divierta y comparta momentos gratos con sus seres queridos, que haya un espíritu alegre, que se festeje la vida… me parece que es una de las mejores cosas que tenemos como seres humanos.

Ahora bien, hay 3 aspectos que quisiera rescatar y que tienen que ver, no sólo con esta fecha en particular, sino con la observancia de diversas celebraciones en general.

En primer lugar, y en esto quizás sí más de uno va a coincidir, ésta no es más que otra de las formas y excusas que utiliza nuestro sistema capitalista para promover el consumo (sí, te cuento que el sistema económico te esclaviza y es uno de los más tiránicos… creías que eras un ser 100% libre, capaz de tomar tus propias decisiones?? Vas a tener que reexaminarlo). En estos días claves del año llueven ofertas de todo tipo, los bares, restaurantes y demás lugares de reunión se hallan atestados de gente, las líneas de telefonía se saturan, y pululan las publicidades y todo tipo de estrategias comerciales por doquier, lo cual logra imponer a los consumidores un “deber” de adquirir productos y realizar paseos con el fin de “reconocer con justicia la amistad de sus verdaderos amigos”… casi en la forma de obligación imperiosa. Ojo! no se puede responsabilizar 100% a la gente por esto… la industria marketinera se lleva una gran porcentaje de cargo en la iniciativa (y también un gran porcentaje de la torta en término de ganancias comerciales). Pero, quizás estaría bueno que nos detengamos un poco a analizar los motivos e intenciones que nos llevan a adquirir e incorporar ciertas conductas (ya sea a nivel individual como social), incluso al tratarse de conductas de consumo… ya que no podemos limitarnos a actuar como autómatas o títeres dirigidos por “la mano invisible” de Adam Smith o por las convenciones sociales. No deberíamos temer disentir, o actuar diferente si tenemos nuestras razones para hacerlo. Masificarnos sin considerar un mínimo de lo que hay detrás de nuestras acciones, no sirve de mucho a nivel constructivo. Cada uno puede hacer lo que quiera, siempre y cuando tenga en claro y sea plenamente conciente de los motivos e intenciones que tiene para actuar de tal o cual manera. Muchas veces no importan tanto nuestras acciones en sí, sino lo que hay detrás de ellas; ya que realizarlas en forma mecánica o dejarse arrastrar por la corriente hace que nuestros hechos queden un tanto vacíos de significado.

En segundo lugar, llamar a alguien “amigo” es realmente un sentimiento, que nace como consecuencia de una relación estrecha y profunda, totalmente desinteresada e incondicional. Por lo cual, esperar a una fecha para hablar con ese “amigo”, para regalarle algo como muestra de aprecio y porque sabemos que lo puede contentar, para decirle que lo queremos y que realmente valoramos que esté a nuestro lado, para visitarlo, para compartir un momento ameno o sencillamente para saber cómo está y recordarle que puede contar con nosotros… me parece un tanto forzado (de hecho le resta una gran parte de la emoción que tiene que ver con el factor “sorpresa/ espontaneidad”). Esas cosas brotan por sí solas en cualquier momento… no se pueden predeterminar o circunscribir y sujetar a un día en particular. Tampoco nos acordamos naturalmente de todos nuestros amigos a la misma vez… dado a que cada uno es diferente y con cada uno tenemos una relación individual bajo determinadas circunstancias; por lo cual no se pueden arbitrariamente tomar como un conjunto, ni probablemente el trato sea equivalente en ciertos aspectos, como por ejemplo las muestras de afecto y cariño. Y no por eso son más o menos Amigos… Por otro lado, no me deja de parecer poco sentido (por no decir hipócrita) que alguien no sepa de mí durante el año y sólo me llame o me quiera ver en esa fecha (y se ofenda si eso no sucede). Me parece que la genuina amistad se demuestra permanentemente y está más allá de eso…

Y justamente con esto tiene que ver el tercer aspecto. No faltan los que confunden amistad con compañerismo o conocidos… estaría bueno que nos detengamos un poco a reflexionar en el verdadero significado de la palabra “amigo” y lo que esto implica. La amistad es una relación de compromiso, que encierra un grado de responsabilidad de estar para el otro de manera incondicional, y apoyarlo, estemos de acuerdo o no con su manera de pensar y actuar. Un verdadero amigo despliega comprensión y empatía, está siempre listo para escuchar y perdonar, para tender una mano y aconsejarte si lo cree necesario (e incluso disentir sin temor a ser rechazado)… puede compartir tus lágrimas y sonrisas, puede sentir lo que vos sentís en su propio interior: si estás triste, contento, desconcertado, decepcionado… un amigo te despierta respeto, admiración, orgullo por las cualidades y virtudes que le descubrís. Un amigo conoce tu peor miseria porque merece toda tu confianza… Éstas son algunas de las cosas que yo siento por mis amigos; seguramente vos estés pensando en muchas otras. Pero básicamente la amistad es eso: una relación donde uno se brinda por completo al otro. Me gustaría invitarlos a reflexionar un poco en qué implica ser amigo de alguien y auto-examinarse para ver si podemos mejorar cada uno personalmente en nuestro rol de amigos. Y cuando se te crucen esas personas por la mente, no esperes a un día en especial para hacérselos saber y demostrarles que los valorás y querés… HACÉLO HOY!

Ahora cuando llegue el 20 de Julio acordáte que lo que cuenta, no son tus acciones en sí mismas, sino la motivación que tenés para llevarlas a cabo. Y estoy casi segura que en algún momento, por alguna razón o circunstancia (por el saludo de alguien que no te esperás o que te parece “colgado” para la ocasión, por algún reproche de alguien o por algún hecho que vivas) en algún punto vas a coincidir con aunque sea una partecita de estas líneas y vas a pensar: “después de todo, ésta está loca pero no tanto como pensaba…”

lunes, 11 de julio de 2011

Who Wants To Live Forever?

La vida, se nos escurre entre manos?



Y la respuesta que le daríamos a Freddie es: TODOS, seamos concientes o no de este hecho; y aunque incluso no lo reconozcamos abiertamente o lo neguemos, en el fondo de nuestro interior sabemos que es así…

Desde épocas ancestrales la humanidad ha intentado hilvanar conclusiones alternativas ante la certeza poco halagüeña de que la muerte es el fin de nuestra existencia. A raíz del post en el blog de un amigo y colega, me puse a reflexionar un poco más en esta cuestión, lo cual a su vez me llevó a dedicarle más atención a cómo este deseo humano inherente se refleja en multitud de disciplinas como el arte y la literatura, la ciencia, la medicina, la tecnología y obviamente, la religión. Pero también en lo que hacemos en nuestra vida cotidiana.

Es inquietante... ¿Por qué nos cuesta comprender, al punto de que no nos entra en la cabeza, que algo no tenga principio o un punto de partida (como el concepto de plano o de recta) pero sí podemos entender con, relativamente, bastante más facilidad el concepto de algo que se proyecte hacia el infinito (como la noción de semi- recta o los números reales)? Por lo menos personalmente, siempre tuve esa sensación de ser capaz de comprender lo segundo, mas no así lo primero. ¿Por qué nos cuestionamos hacia dónde vamos o qué hay más allá de...??  Por qué la preocupación recurrente por intentar conocer y explicar un futuro póstumo?

Lo más sorprendente es el gran abanico de variantes que se abre sobre la cuestión de “sobrevivir” a la muerte, ya sea literal como simbólicamente. Y en este último caso, me refiero a la posibilidad que barajamos y perseguimos de dejar en nuestra sociedad un legado o una huella de nuestro tránsito por el universo, tanto en la forma de descendencia como plasmando nuestra esencia y manera de pensar a través del arte, escritos, documentos, obras y acciones varias (quizás sociales, artísticas, edilicias, ecológicas… todo tipo de creaciones ideológicas y/o manuales). Todas formas de satisfacer esa necesidad intrínseca de inmortalizarnos, de decir “yo estuve acá”, mi individualidad. Me refiero en parte al famoso “tener un hijo, plantar un árbol, escribir un libro”… Al fin y al cabo, somos todos seres singulares, que como tales, buscamos dejar nuestra particular e individual impronta. Nos negamos a pasar inadvertidos o a dedicarnos a “contemplar la vida en sí” como si fuera una proyección cinematográfica ajena a nosotros. Necesitamos formar parte, tomar cartas en el asunto llamado “EXISTENCIA”. Nadie en su sano juicio quiere ser un simple espectador o quedarse cruzado de brazos, más allá de que todo ser humano tenga momentos o épocas de altibajos emocionales o mentales que le limiten o hasta impidan la acción (por eso dije “en su sano juicio”); quizás depresión o alguna otra enfermedad psíquica, experiencias traumáticas, alguna situación desesperante, una enfermedad terminal… Todas variables que quizás temporalmente (en casos extremos pueden llegar a ser permanentes pero no es la norma general en condiciones corrientes de vida) pueden socavar este deseo. Incluso aquellos que llegan a una decisión cúlmine como el suicidio, generalmente lo hacen con el alivio que les brinda pensar que algo mejor les espera o que parte de su ser seguirá existiendo, proyectándose en su familia, afectos… De ahí que muchos recurran a dejar cartas o notas con sus últimos pensamientos.  Es decir, esta búsqueda es tan humana como nosotros mismos. Queremos que nos recuerden, que nuestras acciones nos hagan perdurar en la posteridad. Algunos le dan a esto una utilidad positiva y otros no tanto. Eso depende de otros factores que no es mi intención aquí tratar y que probablemente nadie tenga derecho a juzgar.

El Reloj Blando de Dalí
Yendo a la parte un poco más literal del asunto, solemos sentir muchas veces el paso del tiempo como un fantasma que nos acosa para anunciarnos que nuestros días se van reduciendo… Es así que contemplamos fotografías (tanto reales como las que toma nuestro cerebro en la forma de “recuerdos”) con un dejo amargo de melancolía, como millones de imágenes sepia que se apoderan de nosotros, por el temor de que nunca más se reproduzcan ante nosotros y el universo se vaya cerrando sobre nuestras narices. Nadie quiere partir ni despedirse de este mundo… hay miles de casos de seres que se aferran y luchan por un último aliento; algunos que “gritan” incluso desde el silencio de un estado vegetativo. Y en caso de que debamos partir, lo hacemos sólo bajo el consuelo, y sosteniendo internamente y a toda costa la premisa de que una existencia ulterior y mejor nos aguarda.

Profundizando un poco más sobre este aliciente de “vida después de la vida”, encontramos multitud de alusiones sobre esta esperanza... elíxires para la vida eterna, conjuros mágicos, leyendas de dioses inmortales... La frase final de nuestros cuentos infantiles es "y fueron felices POR SIEMPRE", cuando bien sabemos que hasta los príncipes y princesas se encaran al mismo triste destino que compartimos todos los seres humanos; nos cuesta mucho trabajo y dolor tener que admitir y explicarle a nuestros niños la dura y difícil realidad de la muerte.

Nos topamos con esta esperanza de vida eterna desde los egipcios (con sus prácticas de momificación para preservar la vida futura de los individuos, y ritos de adoración para aplacar a los espíritus difuntos vivientes en “el otro mundo”) hasta los griegos (cuyos guerreros libraban batallas en pos, por un lado, de labrarse un buen nombre y de ser recordados por su honor y valentía, y por otro lado de alcanzar la feliz inmortalidad “en otra vida”, como los héroes y dioses de sus mitologías). Algo que también se repite en los guerreros orientales e indígenas americanos. Así es, estas ideas recorren toda nuestra historia y trascienden toda barrera geográfica y religiosa, auque lógicamente con algunas reformas y variantes… De hecho, es digno de destacar que hayan surgido todas simultáneamente entre territorios y pueblos que ni siquiera se conocían entre sí ni tenían algún tipo de contacto. Nuevamente, parece ser que el deseo de perpetuarse y de alcanzar la eternidad de alguna manera es propio del hombre en todo lugar y época histórica.

Pero algo que muchas veces se pierde de vista, es que también ramas de la ciencia y la tecnología, como la biogenética, y el desarrollo de inteligencia artificial, son nuevas y más modernas formas de buscar la prolongación de la propia existencia, aunque sea en una alteridad, y entonces poder abrigar alguna perspectiva de vida futura. Así, mientras muchos actualmente esperan que la misma continúe después de la muerte en un universo o plano espiritual, y otros esperan que su esencia reencarne perpetuamente en diversos seres vivientes, tenemos a otros tantos que tienen la esperanza de que sus células con su cadena de ADN, que los hace seres únicos e individuales, puedan ser reparadas o reproducidas en una réplica de ellos mismos, y muchos otros anhelan y consideran más plausible la posibilidad que su mente, con toda su estructura de relaciones y conexiones químicas, en algún futuro pueda ser portada por una computadora o un robot. Todas formas alternativas de vida para sobrevivir a la muerte… Después de todo parece ser que estamos “programados” como por un software interno para satisfacer esta necesidad, la cual nos diferencia como especie de otras, por ejemplo de los animales[1]. La pregunta ahora es nueva y rotundamente la de siempre: ¿por qué? Suena bastante cruel y paradójico que seamos una especie con la capacidad de razonar sobre estos asuntos y de interpelarnos, y sin embargo tengamos tan pocas respuestas para resolver estos enigmas, ¿no es así? Te reitero, ¿por qué? Ésa, la dejo en tus manos…



[1] No me refiero acá al instinto de supervivencia, el cual obviamente es común a todos los organismos vivos. Más bien me refiero a la búsqueda de sentido sobre nuestra propia existencia y a la proyección de una forma de vida futura, como alternativa para sortear el escollo de la muerte.

miércoles, 6 de julio de 2011

Tarde otoñal en Buenos Aires

Otra tarde amarilla sobre la Avenida 9 de Julio. Mengua la tibieza de un extenuado sol de Abril. Un enjambre de millones y millones de almas dirigiéndose a sus hogares luego de una agotadora jornada laboral como millones y millones de peces huyendo despavoridos y en todas direcciones de la amenaza de las despiadadas redes.

Un joven y una joven caminan tranquilamente, alienados del caos de la realidad urbana. El mundo es sólo para ellos. Se miran deseando que ese segundo sea el principio de una infinita línea de tiempo en un universo que sólo ellos conocen, y que, a partir de entonces, planean construir. Atrás han quedado las murallas derruidas de sus sueños abandonados. Desnudos ante sus respectivos ojos, se han despojado de las andrajosas prendas de su pasado para emprender una marcha hacia ningún lugar… profundamente consternados pero con el júbilo de ir en búsqueda de lo hasta entonces inexplorado. Azorados, voltean para mirar la sombra de lo que fueron, que se cierne impetuosa y engreída sobre sus espaldas. Con una mezcla de melancolía y tristeza por lo que se deja, y gracia y curiosidad por lo que se viene, divisan por delante un camino lleno de incertidumbre y expectación. Pero al bajar la vista, ella encuentra sobre el adoquín un bollo de papel plateado con la impresión de un pentagrama. Es una sencilla melodía en Do Mayor. Mientras la figura de la joven pareja se recorta sobre el fondo de un ocre estelar, por fin saben que han encontrado la respuesta: la única y absoluta convicción de que por fin llegó el momento de tomar una decisión.

viernes, 1 de julio de 2011

Intitulado I

Alguna vez te sentiste como un cristal refaccionado… que habiéndose hecho añicos, alguien se ocupó en juntar los pedacitos y pegarlos delicadamente unos con otros?? Y recuperaste la forma… Pero… pero al escurrirse el pegamento entre las uniones quedás bastante más opaco… y extrañás cómo lucías antes, siempre brillante y en todo tu esplendor… y qué decir de las grietas… si alguien te mira con detenimiento ahí las va a encontrar. Y vos tenés miedo de que entonces no puedas cautivar a nadie más con tu belleza, y añorás la hermosura que irradiabas en el pasado y que ahora perdiste… y sentís firmemente que los que pasen frente a la vidriera que te habían visto anteriormente, se lamentarán por tu rotura y tu disminuida luminosidad. Y si alguien pese a tus marcas, decide igual llevarte consigo, tu valor se ha depreciado… no volverás a ser una joya onerosa y lujosa. Quizás sólo una oferta interesante para no desaprovechar.

Así somos… seres tan frágiles y vulnerables. Expuestos a todo tipo de contingencias… y eventuales. Víctimas de nuestra propia sensibilidad. Las lágrimas derramadas a través de los años recorren nuestra transparencia. La vida y el tiempo nos dejan su huella, a veces nos sacan lustre y nos facetan para que reflejemos lo mejor de nosotros… y cómo resplandecemos!! Emana de nosotros una luz deslumbrante... y a veces… a veces… creo que un simple suspiro describe mejor lo que quiero decir. Después de todo, somos eso, un simple suspiro, por momentos al borde de perder la cordura. Enajenamos sueños por monedas de ínfimo valor, cuando en realidad sabemos que no entendemos de lógica ni de razones. Pretendemos explicar lo inexplicable… conocernos, cuando somos piezas intrincadas.

Sólo puedo decirte que lo único que está a nuestro alcance es hacer un esfuerzo, pese y contra todo, para nunca dejar que el brillo, mucho o poco, se extinga…

martes, 28 de junio de 2011

La Pregunta

Cómo dirigirme a tus negros ojos inquisidores
Que se engarzan con los míos como filosas dagas
Buscando una verdad inescrutable
Y una respuesta más allá de cualquier comprensión humana

Quedó el interrogante flotando en el espacio
Resonando como un eco de sigiloso aspecto.
Furtivas son las caricias que se dosifican
Cuando escasean los firmes argumentos

Qué somos sino dos pobres vagabundos
Que despojados de toda preciada posesión
Nos aferramos a algún destino errante,
A alguna esperanza que resplandezca en el corazón

Vacilamos ante el temor, trastabillamos por la vergüenza
Mendigamos frente a frente por un poco de compasión.
Sin entender de razones ni de discursos
Escudriñamos en el presente para descifrar una conclusión 

Parece no existir una realidad verazmente probada
Ni encontramos premisas de sólida predicción.
Quizás tengamos el poder de despintar nuestro pasado
Para dibujar un futuro con lápices de cualquier color

Quizás sólo seamos dos simples improvisados
Aventurándonos a una nueva tierra.
Llenos de ilusión y desprejuiciados
Preferimos que la vida nos sorprenda

Quizás naveguemos alguna vez por aguas turbulentas
Pero tenemos que intentar sin temer naufragar.
No me pidas respuestas certeras,
No juguemos a adivinar… sólo el tiempo lo dirá

jueves, 23 de junio de 2011

Mmmmie - do

Miedo… una de las palabras que al leerla, escucharla, decirla o escribirla logra transmutarme la plenitud de la sensación que su significado comporta; propagándose invariablemente por mi espina dorsal como una corriente fatal y premonitoria. Prefiero la tristeza, la desesperación, la soledad. Junto con la indiferencia, es la sensación que más detesto, y que con mayor asiduidad se me presenta como un espectro al acecho. De hecho, al escribir estas líneas les estoy abriendo mi corazón y describiendo la forma en la que personalmente experimento este fenómeno cruel.

Y la verdad es que tenemos miedo a sentir miedo. Porque sabemos que nos condiciona, debilita y hasta impide que actuemos; sabemos que padecerlo augura generalmente el desastre, o al menos nos ata de manos en nuestra búsqueda permanente por ser felices. Se cierne sobre nosotros como nuestro propio enemigo (y sí, por si te sorprende, nosotros mismos somos nuestro peor enemigo).

Creo que uno de los habituales exponentes de cobardía es cuando este fenómeno se presenta hacia lo desconocido. Puede ocasionar verdaderas tragedias; incluso colectivas.

Aparece a veces en la forma altiva del prejuicio y la discriminación… segregamos a otros y los miramos con recelo porque tenemos miedo de lo que es diferente a nosotros en algún sentido. Tememos por desconocimiento, por desinformación… y ese temor se extiende, se contagia vertiginosamente, llevando a veces a las masas al extremo de la histeria y del comportamiento irracional. Pero lejos de fortalecerlas, ese miedo las hace vulnerables y maleables. Así a la falta de información se le suma información errónea y tendenciosa, muchas veces con el objetivo de ejercer algún tipo de dominación. En otros sectores de la sociedad quizás el temor los conduzca a una especie de contemplación paralítica y pasiva de los hechos.

Es lamentable decirlo pero muchos gobiernos se aprovechan de esta debilidad humana para fomentar ciertas doctrinas, ideologías o políticas e incluso para favorecer negocios y actividades comerciales. Ejemplos… miles… Históricamente se han presentado, y se siguen presentando, a ciertos movimientos o actividades políticas o sociales como una riesgosa patología para la comunidad… se populariza el rechazo por ciertas personas, razas, nacionalidades, presentándolas como un peligro latente, lo cual llevó a numerosos genocidios… la religión como institución también se ha valido del miedo como un arma de control sobre sus feligreses... por otro lado, se inventan (o exageran) noticias de enfermedades, virus, dolencias con el fin de favorecer a determinados laboratorios o empresas del rubro farmacéutico… se hacen correr rumores de crisis económicas, cambios monetarios, alzas de precio para estimular una excesiva demanda ante el temor de las familias de que llegue un día en que no puedan comprar sus bienes básicos… Siembran la duda… la duda genera miedo… el miedo genera un silencioso consentimiento o una suma de reacciones de “panic attack”… El pánico genera más pánico, y esto genera caos… Como todos tememos, nadie hace nada por cambiar el orden de cosas. Estamos en  shock y no sabemos cómo salir de este estado. Hay muchos casos en que esta situación llevó a personas a caer en la desesperación y en la angustia total, inclusive en el suicidio (por ejemplo cuando el miedo por una crisis económica llevó a muchas personas a sentir que tenían una soga atada al cuello ya que habían contraído deudas y sacado créditos que ahora parecían imposibles de cumplir).

Sí, el miedo por desconocimiento o por información errónea lleva a la sociedad a la histeria colectiva. Todo nos resulta sospechoso…

Qué nos pasa en el ámbito personal? (y me hago cargo de que soy la primera en sentirlo)… El miedo al fracaso, a la reacción de los demás, a no poder enfrentar y/o soportar una situación nos limita y a veces, nos anula. Nuestra mente y nuestra imaginación hacen el resto para completar el cuadro de perturbación… hacemos conjeturas, suposiciones, sobre lo que puede llegar a pasar… resultados o circunstancias que muchas veces en verdad ni siquiera llegan a darse. La incertidumbre, la desconfianza o la aprensión que desarrollamos por malas experiencias pasadas socava nuestra calma y seguridad. Es cierto, nuestra visión es totalmente limitada; nunca vamos a poder contemplar todos los factores envueltos en determinada situación ni todos los efectos alternativos de una decisión. El conocimiento que tenemos sobre la existencia de esa restricción nos acosa permanentemente y por ende intentamos contrarrestarlo con un esfuerzo exacerbado que hace nuestra mente por hilvanar supuestos o hipótesis sobre lo que pueda llegar a pasar para que, en caso de que suceda, tengamos la situación “bajo control”. Y en realidad lo único que estamos haciendo es cultivar más miedo en nuestro interior.

A otros quizás les pase al revés, no es que no se animen a dar pasos en pos de cosas desconocidas hasta el momento sino que justamente su miedo es que se modifique el estado actual de las cosas que los rodean, impulsados muchas veces por cierto grado de comodidad o un paupérrimo conformismo y resignación.

Finalmente el súmmum de la cobardía sería negar, o auto - convencernos de que no, somos cobardes.

Por supuesto, ser unos inconcientes temerarios tampoco serviría de mucho. Resulta obvio que  es necesario utilizar nuestras facultades de raciocinio para evaluar alternativas a la luz de la información que podamos recabar y así tomar decisiones prudentes. De hecho, el hacer esto es un requisito fundamental para vencer en parte el temor y la incertidumbre. Y si nos equivocamos, lejos de atemorizarnos en la próxima oportunidad, aprenderemos, incorporaremos nuevos conocimientos y seguiremos intentando. A veces hay cosas que se ejercitan y asimilan por prueba y error. No hay que tener miedo (justamente) a equivocarse. Porque vamos a errar miles de veces más, siempre va a haber algo que escape a nuestro control o previsión… Si nos dejamos paralizar por este temor y nos quedamos de brazos cruzados nunca vamos a poder lograr nada ni probar cosas nuevas. Y esto va a empobrecer nuestra existencia. El miedo a perder algo va a hacer que perdamos todo, y nos dediquemos tan sólo a admirar a aquellos valientes que, seguros o no, se embarcan hacia nuevos horizontes.

La información y la confianza (en nosotros mismos y en los demás) son dos claves para combatir el pánico, desterrar sospechas infundadas, prejuicios y preconceptos, y no dejar dominar nuestra mente por el miedo desarrollado internamente o ejercido desde el medio sobre nosotros. Hay que abrirse a otras posibilidades… Mejor que sentir temor es estar en expectación pero linda… y dejar que la vida nos sorprenda. Es al menos lo que me estoy resolviendo a hacer…  


Como resumen de esta reflexión les dejo la letra de este tema de Morcheeba que refleja en parte este conflicto y desafío al que muchas veces nos encaramos…


LOVE AND FEAR

We always have a choice
Or at least I think we do
We can always use our voice
I thought this to be true

We can live in fear
Extend our selves to love
We can fall below
Or lift our selves above

Fear can stop you loving
Love can stop your fear
Fear can stop you loving
But it's not always that clear

I always try so hard
To share my self around
But now I'm closing up again
Drilling through the ground

Fear can stop you loving
Love can stop your fear
Fear can stop you loving
But it's not always that clear

I'd love to give my self away
But I find it hard to trust
I've got no map to find my way
Amongst these clouds of dust

Fear can stop you loving
Love can stop your fear
Fear can stop you loving
Love can stop your fear
But it's not always that clear

martes, 14 de junio de 2011

Eclipsados

(post homenaje a todos los enamorados en un día tan especial…)

A raíz del eclipse lunar total que se aproxima el 15 del corriente, me pareció interesante plantear este tema… por qué los enamorados tienen una fijación con la luna?? Por qué un eclipse despierta históricamente tanta expectativa y emoción?? Por qué somos capaces de estar en vela hasta altas horas para disfrutar de este fenómeno?

Una de las leyendas cuenta que el Sol le enviaba besos a la Luna en el resplandor de la noche y se besaban unos instantes cuando iba amaneciendo. La Luna estaba feliz porque podía reflejar su amor… Pero un planeta envidioso le hizo creer a los otros astros que por culpa de ella el sol menguaba su calor; así que acordaron interponerse entre ellos y eclipsar su amor… Esta es la versión triste o trágica.
Pero hay otra más optimista que aplica a los eclipses solares (cuando la luna tapa al sol)… Cuenta que antes de que el mundo fuera creado, la Luna y el Sol se conocieron y se enamoraron perdidamente. Pero dios estableció que él iluminaría de día y ella de noche, por lo cual tuvieron que vivir separados. Esto los angustió sobre manera, especialmente a la Luna que se volvió más solitaria. El Sol, que recibió el título de “astro rey”, al verla sufrir pensó que tenía que ayudarla y darle fuerzas para afrontar su destino, asumiendo un rol más fuerte y protector. También intercedió por ella pidiéndole a dios que la ayudara a soportar la soledad; a lo cual creó las estrellas para que la acompañaran. Ellas trataban de consolarla pero no siempre lo lograban. Por eso cuando está triste se vuelve menguante y con escaso brillo. Hoy, ambos viven así... separados, el Sol finge que es feliz, y la Luna no consigue disimular su tristeza; el Sol arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza (en general, el Sol encarna la figura masculina y la Luna la femenina). Pero en un momento, dios decidió que ningún amor en este mundo debería ser del todo imposible, ni siquiera el de la Luna y el del  Sol... Fue entonces que Él creó el eclipse. Sol y Luna viven esperando ese instante, donde uno se acuesta sobre el otro. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de eclipse.

Más allá de estas románticas leyendas, tanto la figura del Sol como la de la Luna, e incluso la de los eclipses aparecen en mitología antigua tanto egipcia como china, babilónica, india, etc. Actualmente, la mención, alusión y/o descripción del fenómeno aparece tanto en cine (ejemplo, una de las partes de la exitosa saga “Crepúsculo”) como en canciones (Total Eclipse of the Heart… hit de los años ’80 con el cual imagino varias parejas de enamorados habrán tenido algún tipo de acercamiento; Eclipse también se denomina un tema de Pink Floyd obviamente del cd alusivo: The Dark Side of the Moon), letras de canciones (“El eclipse no fue parcial y cegó nuestras miradas” de Té para Tres, Soda Stereo), y cientos de ejemplos más en literatura, cine, música y artes plásticas que demuestran el grado de cautivamiento que ejerce en nosotros este prodigio del mundo astronómico.
Los eclipses han estado presentes en numerosos acontecimientos históricos importantes. Uno de ellos, bastante conocido, tiene que ver con el triunfo de Alejandro Magno en una de las batallas contra los persas hacia el año 331 aC: un eclipse lunar desmoralizó al ejército enemigo mientras que fortaleció la convicción del joven conquistador de que Zeus estaba de su lado. La victoria finalmente quedó en sus manos. Otro suceso, más cercano en el tiempo, se remonta al año 1504, cuando Cristóbal Colón se encontraba durante su tercer viaje a América y tenía problemas con su tripulación, que organizaba una rebelión. Calculando que el 29 de Febrero se produciría un eclipse en base a sus conocimientos, amenazó a sus hombres diciéndoles que Dios estaba enojado con su desobediencia y que les mostraría su ira. Cuando el fenómeno se presentó, se asustaron y se sometieron a las órdenes de su capitán (otra versión plantea una situación idéntica pero en vez de ser la tripulación, era un foco rebelde indígena). Por otra parte, se dice que un fraile español quiso hacer algo similar cuando fue capturado por guerreros mayas pero con nefastos resultados: los mayas, una civilización muy avanzada y de precisos conocimientos astronómicos, captaron su intento de engaño y terminaron decapitándolo.

Para los más supersticiosos, el eclipse tendrá seguramente una connotación astral en su ubicación y vida cósmica.

Yendo a la parte más técnica, un eclipse lunar total es un evento astronómico que ocurre cuando hay luna llena y la Tierra se interpone entre el sol y ésta, de manera que queda por completo en la zona de sombra terrestre, y va adquiriendo gradualmente una tonalidad rojo cobrizo. Es interesante destacar que a medida que el paisaje celeste se va oscureciendo, van apareciendo como contrapartida las estrellas más débiles y algunos planetas (lamentablemente al estar en una ciudad con tanta contaminación lumínica es complicado disfrutarlo). La pregunta es, por qué la luna toma ese color rojizo en vez de desaparecer de la escena?? Según los astrónomos, esto sucede por efecto de refracción de la luz solar en nuestra atmósfera. De esta manera la luna es iluminada por la luz del sol reflejada en la atmósfera durante los atardeceres y amaneceres.

Imagen extraída de la web de Ciencia Nasa
El fenómeno que se espera para el miércoles 15 de Junio, será bastante peculiar ya que no es habitual que se dé un eclipse total de luna cuando ésta pasa justo por el centro de la sombra de la tierra. Esto va a producir que sea uno de los más largos y espectaculares de los últimos tiempos, ya que la luna tardará más tiempo en atravesar completamente la sombra que proyecta nuestro planeta.

El último suceso de similares características fue el 16 de Julio de 2000, y el próximo, según cálculos, tendrá lugar el 27 de Julio de 2018.

Así que se lo aguarda con mucha expectativa, y posiblemente sea “uno de los más espectaculares de los últimos tiempos”.

En nuestro país, según datos proporcionados por el Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”, la alineación de los astros con nuestro planeta será visible desde la mitad oriental del país, incluyendo Buenos Aires y alrededores. Comenzará a las 15.22 hs. de nuestro país, cuando la Luna ingresará en la umbra, que es la parte central del cono de sombra terrestre. Lamentablemente, esta parte del evento desde nuestra posición geográfica no se podrá disfrutar. Pero la luna comenzará a asomarse en nuestra ciudad por el horizonte Este-Sudeste a las 17.47 hs. Según la información proporcionada, nuestro esférico satélite lucirá un “pálido color anaranjado”, flotando en medio del atardecer de un cielo todavía celeste. A las 18:15 hs a una altura de entre 2 y 7 grados sobre el horizonte, la luna aún estará eclipsada en un 80%, y ya con un cielo más oscuro, en pleno crepúsculo, lo que permitirá verla mucho mejor. El Planetario nos invita de 18 a 19 hs. a poder observar este maravilloso espectáculo. Esperemos que el tiempo (lamentablemente está pronosticado tiempo inestable y parcialmente nublado; no sería la primera vez que la suerte no está de nuestro lado) y la nube de cenizas hagan lo suyo para poder disfrutarlo.

Para la mayoría, de una manera u otra, la luna y la posibilidad de un eclipse comporta una especie de hechizo o magia que nos atrae gravitatoria y casi invariablemente hacia una idílica sensación de enamoramiento sublime.

Dejate seducir por el poder cautivador de la luna, que en realidad nos eclipsa cada noche regalándonos una inigualable belleza que nos sorprende y conmueve. 

Me despido con la cita de una leyenda medieval que trata sobre un caballero que se enamora perdidamente de una mujer que él percibe hermosa y blanca, que cada noche se pasea por el bosque, y que fuera de su alcance, le hacer perder toda cordura.


Aquella cosa blanca, ligera, flotante, había vuelto a brillar ante sus ojos,
pero había brillado a sus pies un instante, no más que un instante.
                                                                                         Era un rayo de luna, un rayo de luna que penetraba a intervalos por
entre la verde bóveda de los árboles cuando el viento movía sus ramas
(Gustavo Adolfo Becquer -  “El rayo de luna”, publicado en 1862)

lunes, 13 de junio de 2011

Ciudad Encenizada

Asfalto y alquitrán,
la supervivencia del más apto
baña tu esqueleto con un hollín residual.

imagen extraída de Flickr
No podés detener tu sombra intempestiva
circundada por interrogantes
que nunca se responderán.

Somos un gris cardumen
navegando por un mar de cemento
que nos conduce hacia ningún lugar.

Resuena el clamor de tu ira
que envenena mis pulmones
con agonizante crueldad.

El cielo huye
y el sol se refugia
en los ecos de la soledad.

El reloj con sus agujas marca una sonrisa socarrona.
“Sálvese quien pueda!”,
gritamos al unísono una vez más.

miércoles, 8 de junio de 2011

Espejismos

El sistema de vida tal cual está planteado hoy por hoy tiene la propiedad de ofrecernos realidades ilusorias que nos recrean la sensación de ser personas completas, llenas y felices cuando verdaderamente nos rodeamos de cosas, momentos, situaciones y hasta personas totalmente frívolas y superficiales. Por supuesto siempre hay excepciones a la regla, pero hablo de tendencias generalizadas (de las cuales muchas veces soy parte y vos también).

Y ahí estamos, preocupados por incrementar nuestros bienes y posesiones materiales (“compre ya! llame ahora!”), hacer negocios nuevos, mejorar nuestra posición en el mercado laboral/ comercial, hacer viajes frecuentes a lo largo del año para tener algo que contarles a los demás o para disminuir niveles de estrés que nos sobrepasan.

Otras personas quizás van un poquito más allá… se empecinan en tener una vida social cargada, en formar una “imagen de vida familiar”, y rodearse de personas para sentirse queridas y menos solas, cuando en realidad probablemente sepan poco y nada unas de otras sobre su verdadero ser interior. Todo se reduce a compartir “momentos”… es decir, coincidir en espacio y tiempo, hablando de temas superfluos y totalmente banales. No hay profundidad… (ni hablemos de los que comenzamos a formar una familia simplemente porque creemos que ya “nos llegó la hora” o que es una etapa más por la que nos toca pasar por “la ley de la vida”, sacrificando sentimientos y la posibilidad de forjar un vínculo realmente sustentado en una base de amor y apego incondicionales y perpetuos… es decir, resignamos otra vez lo verdadero por una apariencia de unidad y felicidad familiar). 

La tecnología de las telecomunicaciones ha contribuido en gran parte a esto, si bien no tengo una postura en contra de la misma porque es muy útil para infinidad de tareas (de hecho el problema no está en la herramienta en sí misma sino en el uso que se le da, el cual revela, en parte, lo que somos por dentro: aspiraciones, intereses, prioridades, escala de valores). Desde mensajes de texto escuetos que poco pueden decir sobre nosotros y que muchas veces son más los malos - entendidos que generan que otra cosa, hasta las redes sociales cuya función principal a mi entender es servir de una especie de galería o muestrario de logros personales y sociales, donde “yo muestro lo feliz que soy con mis seres queridos y amigos”, no con el objetivo de compartir algo, sino para mostrarme a los demás y convencer a otros y a mí mismo de “lo bien que estoy viviendo mi vida” (de hecho muchas veces son personas bastante poco conocidas las que uno va incorporando a su red  o gente a la cual en otras circunstancias, sin tecnología de por medio, no nos esforzaríamos demasiado por intentar contactar nuevamente o conservar ningún tipo de relación). De ahí la competencia por quién tiene más “amigos” agregados, la necesidad de vociferar a los cuatro vientos como si fuera un asunto de Estado, temas superfluos que corresponden a la vida privada o que son totalmente irrelevantes para los demás, y la obsesión absurda de estar sacando fotografías permanentemente para después poderlas subir y que todos vean mis viajes, mis fiestas… porque obviamente… YO soy el centro del mundo (o MI familia, conocidos, etc. , a quienes también exhibo como si fueran bienes o propiedades personales). Otra prestación bastante frecuente brindada por estas redes es la facilidad para poder ingresar en relaciones interpersonales (principalmente amorosas) que la mayor parte de las veces suelen ser transitorias y oscuras, lo cual no es de sorprender ya que generalmente los participantes de esa relación llegan a conocerse muy someramente. Esto explica por qué, según estudios y encuestas, la mayoría de la gente que participa asiduamente de estas redes (casi dos terceras partes) suele tener más de 25 años (de hecho en el 2009 el mayor porcentaje de crecimiento tuvo lugar entre mayores de 55).

Sirva también de botón de muestra una publicidad reciente de un conocido teléfono celular con nombre de fruta negra, en la cual se presenta al aparato como un instrumento sine qua non para poder sostener relaciones (explíquenme por favor qué tipo de relación importante se puede mantener por medio de un celular) y tener “historias histéricas” de coqueteo libre con los demás.

Lo más lamentable de todo es cuando se utilizan estos medios de comunicación social para aparentar que estamos teniendo en cuenta a quienes nos rodean y que nos interesa su bienestar, cuando en realidad sin el recordatorio automático que estos medios proporcionan ni siquiera somos capaces de retener su fecha de nacimiento. Y es así que se saluda a las personas y se les deja mensajes que parecen estar llenos de afecto y cariño... Nuevamente espejismos o ilusiones ópticas de sentimientos que deberían ser más profundos.

Así nos nutrimos de “apariencias”… de lo que les podemos mostrar a otros que tenemos. Nos “lucimos” con nuestras vanidades en una búsqueda desesperada por obtener reconocimiento social para alimentar nuestra individualidad… Sólo es una forma de “llenar baches o agujeros” en el vacío de nuestro interior. Y es curioso, porque habitualmente el individuo se ase de mecanismos a priori "sociales" o colectivos, como los  antes mencionados, para reafirmar su ego y lograr una especie de auto - satisfacción (hasta ciero grado obviamente) personal.

En realidad nadie lo hace con intereses o motivaciones malas en sí mismas o egoístas… solamente somos inconcientemente víctimas de un sistema que nos hace creer que la felicidad y el disfrute está en lo temporal, perecedero, carnal y superficial. Placer instantáneo… que así como llega se va y no deja nada perpetuo a su paso. Nos obsesionamos cada vez más con "divertirnos" pero sonreímos cada vez menos durante el día. Hacemos todo mecánicamente, como marionetas movidas por un titiritero (una mano negra quizás?). Nuestra vida trivial parece tener escaso sentido…

Lo espiritual no tiene lugar… sólo la ligereza de lo insubstancial.Y sí, hay que reconocer que la tentación de dejarse seducir por estos alicientes suele ser muy intensa. Prácticamente nadie está exento.

El mundo de lo significativo se está derrumbando… Importa el hoy… el mañana parece no preocuparle a nadie. Después de todo nos morimos no? No importa si dejamos un halo de destrucción en nuestro planeta o en las generaciones que vienen (hablo irónicamente).

La frivolidad sólo puede dejarnos futilidad en la posteridad (aunque suene como un versito)…

Muchas veces, es cierto, tan sólo son escapismos de una realidad que nos supera y desgasta por dentro y por fuera; tentativas desesperadas para canalizar frustraciones. Otras veces tan sólo buscamos formas de trascender nuestro ser y proyectarnos. Pero por sobre todo, es un permanente intento por luchar por nuestra supervivencia. Y en aras de ella, estamos dispuestos a todo… incluso a renunciar a la posibilidad de dejarle a los demás un legado más contundente y perdurable. De ahí que muy pocos se preocupen en usar tiempo, recursos y energías para hacer algo productivo por otros (ni hablemos de construir una sociedad mejor). La figura del individuo se pondera a expensas de la dilución de la figura de humanidad, devorándosela de a poco. Importa más que sobreviva un espécimen que la supervivencia de la especie, en términos evolucionistas??? Porque al parecer eso es lo que nos importa… vivir MI vida como me hacen creer que es mejor. Quizás el primer paso para revertir esto sería auto-evaluar nuestro estilo de vida, forjar vínculos sólidos, duraderos y profundos esforzándonos por ser un poquito más altruistas (aunque tengamos que relegarnos momentáneamente), tratar de comunicarnos más y mejor volcando lo que verdaderamente somos por dentro hacia otros, pensar en las necesidades reales (materiales, emocionales, espirituales) que puedan estar teniendo los demás y ver qué podemos hacer nosotros por ellas, y hacer una introspección para llenar nuestra esencia (no nuestro ego) de cosas profundas y constructivas. Pero ese es otro tema que también da para hablar…