martes, 23 de octubre de 2012

Intitulado III

¿Qué decir cuando las palabras que emergen desde lo más hondo son las que nunca deberías haber pronunciado?... cuando te despojan de tu voluntad y un cismo de realidad te sacude cada una de las fibras más íntimas??... cuando "esperar a..." (la NADA) se convierte en la locura más insólita y sublime al mismo tiempo??... No lo sabés, no lo sé, no lo sabemos...

Acá estoy una vez más tratando de explicar lo inexplicable, de entender sobre razones caprichosamente insensatas... tratando de recuperar el aire que nuevamente me robaste para re-insuflármelo mientras te empeñás una y otra vez en desnudarme desde adentro... en dejar al descubierto mis verdaderos sentimientos; esos que enterré con tu sonrisa irrevocable en algún rincón de mi espejismo universal.

¿Para qué despertar a nuestras almas de ese cálido letargo que las cobijaba sólo para sacarlas a pasear por algún lejano sueño... por alguna postergada tierra cada vez más remota?? Qué hacés cuando irrumpen a tu puerta sólo para recordarte que sigilosamente cada día volás por su mente, te escurrís por sus ojos, navegás por sus venas??... cuando te sacan a relucir las verdades más dulcemente dolorosas??

Qué!? Me creo inexpugnable?? Si sé que ante tu ejército sólo podré plantar bandera blanca...

¿Qué es lo que me aterra?? Enfrentarte o enfrentarme?? Verte o verme?... O verme en vos y verte en mí?

Sé que existís, mi alterego, en alguna parte... que oculto me estás celebrando en algún lugar donde la oscuridad ya no sea y el tiempo se haya detenido. Sé que vivimos en este instante y en ese punto en el espacio.

Poco sirven las palabras y de nada los silencios cuando el humano logra trascender todo vehículo material para conectarse en una esfera etérea... Cuando ya puedo pensarte sin formas y sos para mí La Esencia por sobre la figura carnal... Cuando ya el TODO es una especie de experiencia-delirio místico irracional de Uno. Qué sigue después de eso?? Hay un peldaño más?? Quizás quede uno antes de la caída libre final... O no... solés enseñarme que siempre hay más...

Mientras seguiré temblando y retemblando ante cada llamado que oiga de tu ser, seguiré acudiendo, presentando armas... Esas mismas que no logran defenderme y que se rinden ante vos. Porque sigue intacto ese flanco débil que supiste encontrar... expuesto a tus maniobras... igual de frágil, igual de fuerte... igual de tuyo, igual de mío... pero siempre, siempre nuestro.