lunes, 18 de julio de 2011

Día del Amigo o Día del Careta?


Antes que nada quiero aclarar que no es mi intención ofender a nadie, sino solamente dar mi opinión sobre algunas actitudes generales… cada uno puede hacer lo que le plazca; no juzgo acciones ni personas. De hecho, muchos probablemente no van a compartir mi postura ni se van a identificar con ella. Como siempre, es sólo un enfoque. Rebelde? Extremista? Puede ser…

Como todos saben, el próximo 20 de Julio es una fecha observada por mucha gente en nuestro país, conocida públicamente como “El Día del Amigo”. Digo en nuestro país, porque en otros la fecha elegida es una diferente. En el caso de Argentina, se eligió ese día por ser aquel en el cual el hombre pisó la luna en el año 1969; a lo cual no le veo una profunda y directa relación con el concepto de “Amistad”.

Lejos de ser una persona adusta, estoy a favor de que la gente se reúna, se divierta y comparta momentos gratos con sus seres queridos, que haya un espíritu alegre, que se festeje la vida… me parece que es una de las mejores cosas que tenemos como seres humanos.

Ahora bien, hay 3 aspectos que quisiera rescatar y que tienen que ver, no sólo con esta fecha en particular, sino con la observancia de diversas celebraciones en general.

En primer lugar, y en esto quizás sí más de uno va a coincidir, ésta no es más que otra de las formas y excusas que utiliza nuestro sistema capitalista para promover el consumo (sí, te cuento que el sistema económico te esclaviza y es uno de los más tiránicos… creías que eras un ser 100% libre, capaz de tomar tus propias decisiones?? Vas a tener que reexaminarlo). En estos días claves del año llueven ofertas de todo tipo, los bares, restaurantes y demás lugares de reunión se hallan atestados de gente, las líneas de telefonía se saturan, y pululan las publicidades y todo tipo de estrategias comerciales por doquier, lo cual logra imponer a los consumidores un “deber” de adquirir productos y realizar paseos con el fin de “reconocer con justicia la amistad de sus verdaderos amigos”… casi en la forma de obligación imperiosa. Ojo! no se puede responsabilizar 100% a la gente por esto… la industria marketinera se lleva una gran porcentaje de cargo en la iniciativa (y también un gran porcentaje de la torta en término de ganancias comerciales). Pero, quizás estaría bueno que nos detengamos un poco a analizar los motivos e intenciones que nos llevan a adquirir e incorporar ciertas conductas (ya sea a nivel individual como social), incluso al tratarse de conductas de consumo… ya que no podemos limitarnos a actuar como autómatas o títeres dirigidos por “la mano invisible” de Adam Smith o por las convenciones sociales. No deberíamos temer disentir, o actuar diferente si tenemos nuestras razones para hacerlo. Masificarnos sin considerar un mínimo de lo que hay detrás de nuestras acciones, no sirve de mucho a nivel constructivo. Cada uno puede hacer lo que quiera, siempre y cuando tenga en claro y sea plenamente conciente de los motivos e intenciones que tiene para actuar de tal o cual manera. Muchas veces no importan tanto nuestras acciones en sí, sino lo que hay detrás de ellas; ya que realizarlas en forma mecánica o dejarse arrastrar por la corriente hace que nuestros hechos queden un tanto vacíos de significado.

En segundo lugar, llamar a alguien “amigo” es realmente un sentimiento, que nace como consecuencia de una relación estrecha y profunda, totalmente desinteresada e incondicional. Por lo cual, esperar a una fecha para hablar con ese “amigo”, para regalarle algo como muestra de aprecio y porque sabemos que lo puede contentar, para decirle que lo queremos y que realmente valoramos que esté a nuestro lado, para visitarlo, para compartir un momento ameno o sencillamente para saber cómo está y recordarle que puede contar con nosotros… me parece un tanto forzado (de hecho le resta una gran parte de la emoción que tiene que ver con el factor “sorpresa/ espontaneidad”). Esas cosas brotan por sí solas en cualquier momento… no se pueden predeterminar o circunscribir y sujetar a un día en particular. Tampoco nos acordamos naturalmente de todos nuestros amigos a la misma vez… dado a que cada uno es diferente y con cada uno tenemos una relación individual bajo determinadas circunstancias; por lo cual no se pueden arbitrariamente tomar como un conjunto, ni probablemente el trato sea equivalente en ciertos aspectos, como por ejemplo las muestras de afecto y cariño. Y no por eso son más o menos Amigos… Por otro lado, no me deja de parecer poco sentido (por no decir hipócrita) que alguien no sepa de mí durante el año y sólo me llame o me quiera ver en esa fecha (y se ofenda si eso no sucede). Me parece que la genuina amistad se demuestra permanentemente y está más allá de eso…

Y justamente con esto tiene que ver el tercer aspecto. No faltan los que confunden amistad con compañerismo o conocidos… estaría bueno que nos detengamos un poco a reflexionar en el verdadero significado de la palabra “amigo” y lo que esto implica. La amistad es una relación de compromiso, que encierra un grado de responsabilidad de estar para el otro de manera incondicional, y apoyarlo, estemos de acuerdo o no con su manera de pensar y actuar. Un verdadero amigo despliega comprensión y empatía, está siempre listo para escuchar y perdonar, para tender una mano y aconsejarte si lo cree necesario (e incluso disentir sin temor a ser rechazado)… puede compartir tus lágrimas y sonrisas, puede sentir lo que vos sentís en su propio interior: si estás triste, contento, desconcertado, decepcionado… un amigo te despierta respeto, admiración, orgullo por las cualidades y virtudes que le descubrís. Un amigo conoce tu peor miseria porque merece toda tu confianza… Éstas son algunas de las cosas que yo siento por mis amigos; seguramente vos estés pensando en muchas otras. Pero básicamente la amistad es eso: una relación donde uno se brinda por completo al otro. Me gustaría invitarlos a reflexionar un poco en qué implica ser amigo de alguien y auto-examinarse para ver si podemos mejorar cada uno personalmente en nuestro rol de amigos. Y cuando se te crucen esas personas por la mente, no esperes a un día en especial para hacérselos saber y demostrarles que los valorás y querés… HACÉLO HOY!

Ahora cuando llegue el 20 de Julio acordáte que lo que cuenta, no son tus acciones en sí mismas, sino la motivación que tenés para llevarlas a cabo. Y estoy casi segura que en algún momento, por alguna razón o circunstancia (por el saludo de alguien que no te esperás o que te parece “colgado” para la ocasión, por algún reproche de alguien o por algún hecho que vivas) en algún punto vas a coincidir con aunque sea una partecita de estas líneas y vas a pensar: “después de todo, ésta está loca pero no tanto como pensaba…”

1 comentario:

Mala Prensa dijo...

Las fechas impuestas artificialmente no dejan de ser eso. Según nuestras motivaciones estará en nosotros hacer que cuenten. Quizá la podemos aprovechar como una excusa para decir lo que sentimos, sobre todo para los que somos menos demostrativos. Por supuesto que un saludo en esa fecha no implica necesariamente amistad, y hay muchísima gente que le dice a todos amigos desvirtuando bastante el sentido de la relación.
Internamente cada uno sabe con quien cuenta y con quien no, quien es realmente compañero de vida, y quien un circunstancial pasajero.
Lo importante sería poder expresar lo que sentimos con acciones mas que con palabras, y para eso hace falta más de un día por año.
PD: Todos sabemos que quien escribe esta loca, independientemente que de estemos de acuerdo o no. ;-)