Los
nocturnos de Chopin se caracterizan por ser tranquilos pero a la vez melancólicos
y hasta algo oscuros… acompañados de un dejo de tensión y dramatismo... Esta semana
casualmente me pasó algo, por lo menos para mí, bastante llamativo: Radio de
música clásica, suenan algunos compases de una pieza totalmente desconocida
para mis oídos y digo a uno de mis progenitores (ja!) - “esto tiene onda
“chopenesca””… Respuesta - “No, me parece que nada que ver”… -”sí, sí, seguí
escuchando y vas a ver… es esa manera de tocar; esa melodía nostálgica y a la
vez desesperante, es él! Vas a ver”… se va convenciendo con el correr de los
minutos… caras totalmente concentradas y expectantes por las próximas
declaraciones del locutor…Sí, era él, mi compositor de música clásica favorito.
Y por primera vez pude reconocerlo por mí misma, de buenas a primeras!!!
Es esa misma
intuición, esas ansias de reconocerme e identificarme con un algo, un “no sé
qué” que no podría describir pero que definitivamente mi interior me indica que
lo conozco y lo tomo como propio, lo que me lleva a escribir estas líneas. Este
es mi Nocturno…y precisamente, mientras hilvano estas ideas la noche pende
sobre la ciudad y mis ideas empiezan a despertar… Ideas también relacionadas
con sucesos de esta semana…
En estos
últimos días tuve varias charlas con diferentes personas sobre variados y
diferentes temas… totalmente dispares entre sí pero que me conducen a una idéntica
conclusión: La gente tiende a polarizar sus opiniones y pensamientos… Paso
a explicarme…
Me he topado
una y otra vez con la dualidad “Blanco vs. Negro”. Sé que la reducción de una
cuestión a sólo dos alternativas simplifica bastante un análisis (es bastante
obvio y hasta lógico no?)… Pero convengamos que también lo achata. Quizás no
solamos hacerlo tanto con los sentimientos porque sabemos que en ese campo las
cosas se ponen complicadas y entran a jugar variables mucho más intrincadas, e
inherentes a cómo cada persona está constituida… Pero dejemos esto de lado, que
de hecho muchas veces entra en conflicto con nuestra parte lógica y racional.
En realidad justamente es esta última la que suele bifurcarse en dos senderos
para facilitarnos la resolución de un problema, una toma de decisión o la
opinión que nos vamos a formar sobre determinado asunto. No es que no tengamos
capacidad para evaluar otras opciones… pero quizás resulta atrayente la
posibilidad de ir a lo fácil y cómodo como “manotazo de ahogado”. Por qué digo
esto??
Quedarnos
con solamente una opción A y una B, nos limita… Pero por otro lado, nos ahorra
el tener que pensar en una C, D o Z…y en conceptos como “además”, ”también,
“por otro lado”, “sin embargo” ”dependiendo de”, “siempre que”, “adicional a”,
“en x contexto”, “en función de”, “qué pasaría si… etc, etc… Es decir, aparecen
parámetros y condicionantes que requieren de un análisis mucho más exhaustivo
pero que también enriquecen nuestra perspectiva del tema en cuestión… la
pregunta es: Estamos realmente dispuestos a hacer un análisis de estas
características, seriamente y a conciencia??
Cuál es el
peligro de no hacerlo? A qué nos exponemos?? Por lo que pude notar en
ocasiones, corremos el riesgo de elegir por descarte, de ”quedarnos con el
mejor de los males”… Digo, ¿no podemos aspirar a más?? No podemos innovar, probar
con algo nuevo, abrir otros rumbos?? Tenemos que conformarnos con dos opciones??
Me niego a tener una mentalidad tan estrecha… No creo que estemos al nivel de
una computadora programada bajo un lenguaje binario (o sea, pensando en función
de 1 y 0)… pretendo más de un ser humano, y pido perdón por eso (¿). Por otro
lado, corremos el riesgo mayor de justificar una alternativa “A” que en
realidad es indefendible, simplemente porque la alternativa “B” es más
cuestionable (por lo menos a nuestro entender) o porque presenta fallas mayores
(o de otra índole). Y ojo! con este mecanismo falaz de razonamiento porque ha
servido de herramienta a la hora de tratar de legitimar acciones muy dañinas
para otras personas, como por ejemplo, acciones extremistas (hasta agresivas) y
violaciones flagrantes a la ley… Pongo un ejemplo para que quede claro: “Me
parece bien que se recurra a métodos violentos (incluso ilegales) para reprimir
a una “X” sociedad porque en ella reinaba el caos y se estaba desbandando
todo”… Qué les parece esta premisa?? Nos quedamos con la represión porque la
situación caótica anterior era “peor”?? No sería mejor no quedarnos con ninguna
de las dos y buscar una vía ética, legal y apropiada, que produzca mejores
resultados y reduzca al mínimo los aspectos negativos?? Quién dice que tiene
que ser una cosa u otra??... No existe OTRA manera de hacer las
cosas, de pensar, de analizarlas? O no sabemos?? O no nos creemos capaces? O no
tenemos GANAS de evaluarlo siquiera??
Reproduzcan
ahora esa misma estructura de pensamiento indefinidamente y van a ver hasta
dónde se puede llegar… Y empiecen a prestar atención a las expresiones de la
gente, y notarán que esto se presenta con más frecuencia de lo que uno cree. Me
he topado con personas que, partiendo de esa forma de razonar, terminaron
diciendo cosas que yo no podía creer que las estaba escuchando…y ellas
probablemente tampoco se percataron de lo que estaban diciendo. A todos nos
pasó alguna vez… La trampa está pero es muy sutil.
El origen de
esta dualidad de pensamiento puede que en nuestro caso se remonte a una tradicional
costumbre cultural de dividir una sociedad en bandos (Boca vs. River… Realistas
vs. Revolucionarios… Unitarios vs. Federales… oligarcas vs.”zurdos”, Peronistas
vs. Radicales…) cambia el contexto y la situación, cambian los nombres, cambian
los actores pero… el mecanismo de presentar los hechos o circunstancias como
una dualidad antagónica se repite. Lo vemos a lo largo de nuestra historia, lo
vemos en lo macro, en lo micro, en lo colectivo y en lo individual… lentamente
se va apoderando de nuestra manera de pensar la realidad; cuando la realidad,
repito, es mucho más compleja que eso.
Por si esto
fuera poco, a los osados que se animan a proponer caminos alternativos, se los
tilda de “pecho fríos” o se los condena por “no jugársela” por una de las dos
opciones estipuladas (por “la providencia” o vaya a saber quién), como si otras
no fueran posibles o no existieran. Suena como si este tipo de perspectivas bipolares
tuvieran una existencia “per se” previa e independientemente de las personas
que las sostienen, quienes se convencen de que no tienen control o injerencia
sobre estas variables opuestas aparentemente “inmutables” (están ahí ya dadas),
adoptando entonces un rol que se limita a ser electores entre una u otra…RESULTADO:
no hay propuestas nuevas, las variantes se cierran y nos enceguecemos todos,
cayendo en una especie de “guerrita” en la que tenés que decidir en cuál de los
dos bandos vas a “pelear”… Lógica Falaz… caés en la trampa… estamos todos en un
grave aprieto (por no decir en peligro)…
Bajando un par de cambios para
concluir este “Nocturno“ con una melodía un poco más agradable y tranquila, quisiera
aclarar por supuesto que no considero que la dualidad del pensamiento en sí sea
siempre necesariamente mala o que nunca sirva a fines explicativos… a lo largo
de la historia, muchos intelectuales han utilizado la oposición de dos fuerzas
como método de estudio de ciertos fenómenos, comportamientos y situaciones
dadas en la práctica (ej. en la dialéctica marxista). Pero no por eso, este
planteo va a ser válido para aplicar a todo aspecto de la vida ni se
constituirá en el único criterio de análisis posible.