Qué hay del mundo?... qué hay de vos? qué hay de mí?... sólo destilamos penas y soledades. Vivimos agobiados por una maquinaria ineludible de esfuerzos y frustraciones. Tantas veces parece que todo es en vano!...
Se nos escurre la vida por entre las manos y los pies, empecinados en una carrera tras un tiempo que nunca se detiene y sólo avanza como en una marcha premonitoria, conduciéndonos a la misma nada.
Todo es un círculo, un gran agujero negro… nos perdemos, existimos en un vacío dando vueltas en círculo una y otra vez. En esas vueltas sumamos gente, sumamos vivencias, sumamos años, restamos afectos, restamos simpleza, multiplicamos decepciones, y dividimos intentos.
El tiempo no se detiene… “Apuráte! Tenés que llegar al trabajo!” “No pospongas esta compra, sacá un crédito ahora” “No esperes más, intentá formar algo con esta persona… el amor no es como lo pintan las novelas”.
No somos dueños de nada… ni de nuestra existencia, ni de nuestra libertad ni del aire que respiramos, ni de los minutos que tenés hoy. Todo es solamente una sucesión de hechos, una cadena de acontecimientos que te rodea y envuelve, que transcurrirá igual, independientemente de que vos estés acá.
Solos… vivimos rodeados de gente, pero casi todo el tiempo estamos solos. Ponemos un pie en la vereda muchas veces para sentir que el corazón se nos sale por la boca y que nuestras pupilas intentan hacer movimientos de 360º para comprobar que estemos fuera de peligro… subimos al transporte atestado de gente o conducimos por calles y avenidas inundadas por un cardumen vehicular que se lanza desesperadamente en una competencia implacable para ver quién llega a destino primero.
Y mientras, un esfuerzo sobre-humano por hacer que nuestras relaciones humanas con otros sobrevivan a la imperfección y al agotamiento. Vi hasta el hartazgo gente discutiendo y llorando por teléfono, andando por la calle con el corazón roto y el alma desahuciada. Parece que es otro día de esos donde a todos nos salen mal las cosas…
Alteración… nerviosismo… pánico… terror… estrés… cansancio… incertidumbre… inseguridad… términos que definen bastante bien las condiciones en las que vivimos.
Indiferencia… ella es la legisladora de las grandes ciudades. Su voluntad es ley. No cedemos espacio, no cedemos de nuestro tiempo, no cedemos de nuestra comodidad para absolutamente nadie… Nos llevamos puestos unos a otros, no hay lugar para los mayores, discapacitados o enfermos. Son la escoria de la sociedad parece. No giramos ni frenamos para tenderle la mano a nadie que necesite ayuda, solamente nos dedicamos a seguir con nuestra trayectoria muy rápidamente. Si nos volteamos para ver a quién tenemos atrás o al costado es tan sólo para asegurarnos de que no sea nadie “sospechoso”…
Agresión… es la única solución a nuestros problemas al parecer. Nada que la violencia no pueda resolver, verdad?
Estamos vacíos por dentro… no reflexionamos… no hay tiempo para hacerlo. Si nos entretenemos, es solamente “desenchufarnos” con cosas triviales y superficiales, que no dan lugar al análisis, a la conversación, al progreso y la mejora de nuestra sociedad. Parece que estamos empecinados en detenernos en estas condiciones… estamos congelados. Quién podrá derretir con su varita mágica este hielo en el que estamos atrapados??? Sólo el calor que el amor puede dar pero es una palabra que en esta sociedad no tiene lugar.
Así vivís… así vivo. Esto es lo que construimos… Vos decime, te parece pesimista o realista?
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