Este post lo vengo relegando bastante porque no quería escribir con las sensaciones a flor de piel para no exponer los hechos (o mis observaciones bah) de manera tal que luego me arrepintiera de mis dichos. Más allá de esto, es un tema que me viene dando vueltas en la cabeza y que estoy empezando a percibir como realmente preocupante. Qué pasa cuando los responsables de informar en la sociedad lo hacen de manera parcial, prejuiciosa o guiados por intereses, motivaciones e influencias políticas, económicas, y un largo etcétera?? Cómo distinguir una información fidedigna, de aquella que no lo es??
Partamos por establecer una clara diferencia: Una cosa es informar, otra muuuuuuy diferente es opinar, hacer juicios de valores, catalogar información y demás. Lamentablemente pululan casos de “periodistas” que se guían por rumores para divulgar determinados datos… o consultan fuentes parciales o que respaldan una determinada visión de los hechos. Es decir, ante un hecho X generalmente existen fuentes A; B; y C, en muchos casos divergentes y quizás hasta opuestas en cuanto a la perspectiva del asunto en cuestión. En vez de presentar A, B y C, y que la audiencia saque sus conclusiones, sólo se expone la A , la B , la C , (o en el mejor de los casos, la AB , la AC , o la BC ). Esto da lugar a equívocos, omisiones, confusiones… y empobrece la mirada sobre las cosas que pasan. Pero no sólo eso, las personas olvidan la importancia que tienen como “elaboradoras, clasificadoras y relacionadoras” de la información que reciben… nos vamos desacostumbrando a analizar, razonar, comparar, concluir… porque muchas veces resulta mucho más cómodo recibir información pre- digerida. Por ende, la responsabilidad de que pase esto es básicamente de todos. Porque no exigimos como receptores, calidad, exactitud e imparcialidad en la información que recibimos.
En mi caso, un filtro crucial es esto: Cuando quiero realmente conocer una opinión, la busco/ consulto intencionalmente, lo cual responde razones varias: 1) porque conozco a la persona, 2) porque me identifico con ella, 3) porque sé qué razones la llevan a pensar de tal o cuál manera, 4) porque me interesa saber qué piensa puntualmente (generalmente porque me interesa la persona misma), o 5) porque sé que, si bien quizás no comparta su opinión, habla con conocimiento de causa. Es decir, mi interés por una opinión está basado en aspectos casi completamente subjetivos y estrechamente relacionados con la persona portadora de dicha opinión… Cosa que me parece no debería suceder a la hora de interiorizarnos o INFORMARNOS sobre un HECHO REAL. En este caso, al menos en mi caso, en general busco SABER algo solamente, CONOCER la REALIDAD … LO QUE ES (NO lo que otro PIENSA o LE PARECE o CONCLUYE que PUEDE SER)… algo que, aunque suene insólito, no logro conseguir últimamente…
Por otro lado, cuáles son las consecuencias de esta forma de comunicación masiva?? Esto no se traduce solamente en “lavadas de cabeza” o manipulación de la opinión pública lisa y llanamente… sería realmente simplista reducirlo a eso… como sabemos, las opiniones e ideas gravitan en acciones y actitudes… a su vez, las acciones y actitudes que adoptemos pueden hacernos avanzar o retroceder como personas y como comunidad, tanto en el ámbito social, moral y ético como en el económico, y profesional. Por algo se ha denominado al periodismo en ocasiones “el cuarto poder”… puede derrocar gobiernos, movilizar pueblos, generar crisis económicas e incertidumbre, crear caos y conflictos, voltear mercados, o por otro lado, fomentar acciones de interés social, promover la armonía y generar acuerdos, educar, forjar y estimular ideas nuevas e iniciativas, divulgar estudios y los últimos hallazgos para entendernos mejor y conocer lo que nos rodea, etc.
Exagerado???... Históricamente, los medios de comunicación han tenido un papel fundamental en el devenir de los acontecimientos. Obviamente, con esto no quiero decir que son la única causa que llevó por ej, a la destitución de De la Rúa , o que la propaganda de Goebbels fue lo que originó la II Guerra Mundial, como si el resto del contexto no hubiera existido… pero sí repercutieron en forma directa; ya que al garantizar la llegada a las masas, pueden obtener la legitimación y el alcance necesarios para que se den determinados sucesos. Por ejemplo, es bastante mencionada, en el campo económico sobre todo, la “Teoría de la Profecía Autocumplida ”, que postula que una predicción o una descripción de una situación, aunque sea falsa, se efectuará o terminará convirtiendo en una realidad porque las personas van a actuar en base a dicha predicción o descripción, con lo cual la situación finalmente se hará verdadera. En palabras de un amigo especialista en el tema, "una predicción enmascarada como un análisis proyectado de lo que puede ocurrir (siempre tratan de que parezca que lo que dicen tiene rigor casi científico)" - (subrayado mío) - ... Esto explica por qué, en determinados momentos y sin causas económicas demasiado trascendentes, nos encontramos con variaciones abruptas en el nivel de consumo de una comunidad, con la fiebre del dólar, con fuga de capitales… las personas como agentes de una realidad económica se comportan en base a las suposiciones que se forjan sobre lo que va a ocurrir; con lo cual termina sucediendo lo que tanto temen… Y es que, como somos personas, actuamos en base a lo que nos dicen que va a ocurrir, en base a cómo nos pintan una situación, en base a conjeturas, hipótesis, y expectativas que nos formamos ante un hecho. A veces simplemente, se dan una cadena de acciones especulativas, que parten de un supuesto ficticio… otras veces el humo da lugar a un estado de cataclismo histérico y caótico. Sería ingenuo pensar que los comunicadores sociales ignoran la relevancia de este hecho. Considero que muchas veces juegan con nuestra psicología (o les bajan línea de que así lo hagan) para provocar determinados sucesos porque quizás beneficien a algún/os sectores de la sociedad en térmicos económicos, políticos o sociales… Es realmente lamentable pero es un hecho. Y al generar un espíritu general de panik attack, nada bueno puede resultar. Los actos son impulsivos y las soluciones verdaderas brillan por su ausencia.
Más triste todavía, es cuando se utilizan los medios de comunicación para fomentar mayor adhesión o rechazo hacia ciertos grupos sociales, políticos, culturales y religiosos; manipulando información, utilizando medias- verdades o sacando cosas de contexto. Me parece realmente aterrador y algo que nos puede convertir en seres muy retrógrados... En verdad, somos una sociedad inmadura, que en general no analiza y sólo repite slogans o ideas ajenas… pero es trágico, porque esto se traduce por momentos en segregación, discriminación y prejuicios… lo he visto y vivido directamente. Repito, la culpa es compartida… parece que no valoramos el don de la Razón con el que fuimos “dotados” (lo pongo “ “ porque es una expresión, que va a depender de las creencias de cada uno, pero básicamente me refiero a que poseemos esa facultad, sea el origen que fuera que haya tenido, aunque de a momentos no la sepamos utilizar como corresponde). Y en tanto esto no cambie, nos va a costar bastante avanzar o evolucionar como comunidad.
Finalmente, me parece decadente que los medios de comunicación usen sus recursos para “echarse tierra” entre sí, principalmente por representar intereses contrapuestos. Considero que no deberían llevar el estandarte de nadie ni dedicarse a fomentar un ping – pong de berrinches al estilo “peleas de nenes de jardín de 4 años”… Últimamente, hacer zaping entre dos canales de TV argentinos que no voy a mencionar, consiste básicamente en presenciar esas chiquilinadas… Con lo cual dan ganas de apagar el televisor y dedicarse a otra cosa. Pierden todo tipo de credibilidad y de interés (por lo menos de mi parte), por su total falta de profesionalismo y seriedad a la hora de abordar algún tema, por más de que me sienta tocada directamente por la cuestión… Tomo con pinzas cualquier cosa que digan, tanto de un “bando” como del otro…
Probablemente, tengamos el periodismo “que merecemos”… por mi parte, opto por pensar que no es así; que nos merecemos otra cosa y que la gente es lo suficientemente inteligente como para no dejarse engañar. Espero no equivocarme. Lo que sí les puedo decir es que hay algunos mecanismos que pueden actuar a manera de filtro, y que desde mi punto de vista serían los siguientes:
- Diferenciar entre información y opinión, como mencioné anteriormente.
- Contextualizar la info: evaluar quién lo está diciendo, por qué, para qué (ver post “El problema de la objetividad en el análisis”). De esta manera podremos ver el cuadro completo y estaremos teniendo en cuenta aquellos aspectos subjetivos que mal que nos pese, siempre se cuelan en todo tipo de comunicación humana, condicionándola y relativizando resultados. Leer o escuchar entre líneas nos permitirá recordar los motivos por los cuales alguien puede estar expresándose de tal o cual manera, o sobre uno u otro tema para poder darle un marco más adecuado.
- Consultar medios de comunicación divergentes y opuestos, en cuanto a sus inclinaciones y tendencias (porque seamos realistas: se sabe qué enfoque predomina en un diario, un canal de TV, un escritor)… De esta manera estaremos enriqueciendo perspectivas sobre una información.
- No quedarnos sólo con la info que nos llega sino ponerla a prueba: hacer nuestra propia investigación yendo a las fuentes directamente y preferentemente, en forma cruda, sin elaboración previa. Así podremos arribar a conclusiones más exactas y apegadas a la realidad en su estado puro (o un poco más puro, porque la realidad siempre va a ser modificada, en parte, en base al sujeto que esté observándola y aprehendiéndola).
Ojo!!! Esta tareíta es bastante compleja y requiere su tiempo… La mayoría de hecho, no hacemos ni la mitad… Pero sería bueno esforzarse un poco más por tenerlo en cuenta y llevarlo a la práctica. Esto no quiere decir que vamos a vivir “paranoiqueando” sobre la veracidad de lo que vemos, leemos u oímos. Pero no está mal guardarnos nuestras reservas, hacer nuestra propia investigación y adoptar medidas, ya que es medio indignante cuando uno siente que lo están estafando cognitivamente o que pasan por encima de nuestras capacidades, menospreciándolas.
Por otro lado, también avergüenza un poco escuchar a gente (a veces del mismo entorno de uno) repitiendo sin pensar lo que ve, lee o escucha… Hablando de temas que no conocen a fondo o sin saber sobre la materia en cuestión… Es así que escuchamos comentar a la señora de la esquina mientras barre la vereda, frases como “a estos negros (por los piqueteros) deberían matarlos a todos”, genialidad que, si bien quizás no se exprese textualmente en los medios, en algunos de ellos en algunas oportunidades se transmite solapadamente. Con esto, no es que estoy culpando al periodismo de la agresividad, la ignorancia y el simplismo de la manera de pensar de la sociedad, pero sí la reflejan; y en general, tampoco hacen mucho por evitarlo. No es que yo pretenda que dibujen un mundo feliz y multicolor… Sino simplemente que se informe la realidad sin animosidad y tendenciosidad. Y por otra parte, recordemos que a veces el silencio es salud… y sabiduría.
Tema aparte merece el uso control de los medios de comunicación para hacer propaganda política, censurar críticas o legitimarse en el poder… eso sería realmente golpear por lo bajo a toda una población…
Acá en nuestro país se le da un excesivo peso, desde mi humilde punto de vista, a la ideología con el fin de ejercer influencia, acallar y/o dominar a otro/s grupo/s. Y muchas veces el periodismo local tiene que ver con esto. Los debates que se presentan generalmente en lugar de integrar enfoques, excluyen y denigran. Se alejan de generar una propuesta o de plantear alternativas aplicables en la práctica… Se tiende a debatir ideas pero no así acciones… Y también, se suele abordar los asuntos desde una posición de denuncia, confrontación y pesimismo, lo cual complica la posibilidad de construir, ampliar el espectro y rescatar acciones positivas en un marco de armonía y acuerdo de intereses. Estar constantemente derrumbando proyectos (económicos, sociales, políticos) no conduce a ningún lado, ni a corto ni, mucho menos, a largo plazo… Básicamente, no le sirve a nadie…
En última instancia, todos tenemos derecho a expresarnos con libertad (sin condicionamientos, tapujos, ni bajadas de línea), a ser respetados en nuestra opinión (siempre que esté respaldada y bien argumentada, aunque no siempre los demás coincidamos con la conclusión extraída), y a saber la verdad/ realidad de los hechos. Pero por otro lado, también tenemos la responsabilidad de hacernos cargo de lo que decimos (y callamos) y de tratar de ser exhaustivos, objetivos e imparciales al mayor grado posible (porque está claro que al 100% no va a poder ser). Éstos, pienso, deberían ser pilares fundamentales de la comunicación social.
En palabras de Forest Gump: “esto es todo lo que tengo que decir sobre eso.”